Las guionistas de las estrellas

Puede parecer que, como casi no se conocen mujeres directoras en los comienzos del cine (no quiere decir que no las hubiera, había muchas más de lo que nos pensamos), las mujeres tampoco se prodigaban en otros ámbitos de la producción cinematográfica más allá de la actuación, los departamentos de administración o la peluquería y el maquillaje. Es cierto, que directoras no había muchas pero las que sí abundaban eran las mujeres guionistas. En aquella época de los estudios prácticamente todo el mundo estaba asalariado y en los departamentos de guiones abundaban las mujeres.

Algunas de estas guionistas, además, conseguían llegar a dirigir alguna película o llegaban a puestos de responsabilidad y estaban muy bien consideradas dentro de los estudios. Pero lo más interesante es la relación que establecieron algunas de ellas con las estrellas que protagonizaban sus películas, algunas fueron sus descubridoras, otras se convirtieron en confidentes y apoyo y otras se convirtieron en estrechas colaboradoras en las que poder confiar. Cuando esto ocurría los jefes de los estudios confiaban en ellas ciegamente para que las estrellas se sintieran seguras, queridas y arropadas, y les daban una libertad que pocas veces se veía por Hollywood.

FRANCES MARION Y MARY PICKFORD

Frances Marion fue una de las guionistas más célebres de su época y sentó las bases de la escritura cinematográfica en Hollywood. Frances Marion aprendió el oficio de la mano de la directora Lois Weber con quien colaboró en sus comienzos. Sin embargo, la primera película en la que trabajó como escritora fue el cortometraje The New York Hat dirigido por David W. Griffith y protagonizado por Mary Pickford en 1912. Cuando Lois Weber le ofreció irse con ella a Universal, Marion eligió irse a Famous Players-Lask, donde Mary Pickford era la estrella de la productora, si bien todavía no se había convertido en el mito que llegó a ser. Mientras forjaban su amistad, Marion buscaba y leía sin descanso novelas e historias que pudieran ser interesantes para Pickford.

Frances adaptó la obra The poor Little rich girl para Mary y, aunque los ejecutivos del estudio auguraban un estrepitoso fracaso para el filme, este tuvo tanto éxito lo que dio a las dos amigas la libertad para hacer las películas que querían durante los siguientes años. Ambas formaron la pareja actriz/guionista más exitosa de Hollywood y las películas hicieron juntas ayudaron a cimentar la imagen y la celebridad de Mary Pickford y les dio mucho poder dentro de la industria.

Frances Marion y Mary Pickford

JUNE MATHIS Y RODOLFO VALENTINO

June Mathis fue guionista, directora, productora… y aunque llegó a ser una de las mujeres más influyentes del cine, el hecho que le ha dado más celebridad es el haber sido la persona que descubrió a Rodolfo Valentino. Las más jóvenes del lugar seguramente no sepan quién es Rodolfo Valentino, pero a principios del siglo XX fue el mayor sex-symbol de Hollywood, podríamos decir que fue el primero.

Fue Mathis la que le eligió para protagonizar Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1921), creó para él un personaje exótico y con un fuerte potencial sexual que dio lugar a un nuevo tipo de imagen masculina en el cine. Mathis escribió las siguientes películas de Valentino que sirvieron para afianzar su imagen de latin lover, como por ejemplo, la primera versión cinematográfica de Sangre y arena (1922). También fue su mentora y le ayudó a mejorar su forma de interpretar. Ambos frecuentaban el círculo social del “8080 club” que se había convertido en el epicentro lésbico del Hollywood de los años 20. La relación entre ambos terminó, según parece, por culpa de la esposa de Valentino, aunque Mathis y él siempre mantuvieron el contacto hasta la repentina muerte del actor en 1926.

Rodolfo Valentino y June Mathis durante el rodaje de «Sangre y Arena»

SALKA VIERTEL Y GRETA GARBO

Salka Viertel y Greta Garbo se conocieron en las reuniones que se celebraban en Hollywood entre la comunidad europea de exialiados. Viertel había sido actriz en su Alemania natal y se mudó a Hollywood cuando a su marido le ofrecieron un puesto en la Fox. Empezó a escribir a sugerencia de Garbo y su primera película juntas fue la icónica La reina Cristina de Suecia (1932). Después escribió para la actriz: El velo pintado (1934), Ana Karenina (1935) y la última película de la Garbo, La mujer de las dos caras (1941).

Se hicieron muy amigas y su supuesta relación sentimental nunca fue probada. La carrera de Viertel como guionista acabó casi al mismo tiempo que la de Garbo, pero su amistad duró hasta sus respectivas muertes. Incluso cuando ambas vivían en Nueva York se veían constantemente. Su amistad nunca se rompió y fueron el ejemplo de que en Hollywood dos mujeres podían apoyarse y ayudarse en un entorno tan hostil y expuesto como el de la meca del cine.

Greta Garbo y Salka Viertel

JOAN HARRISON Y ALFRED HITCHCOCK

Aunque Hitchcock no era actor, su condición de estrella es ineludible. Todo el mundo sabe que Alma Reville, su esposa, fue también su colaboradora habitual, pero aparte de Alma, Hitchcock se apoyó en otra mujer: Joan Harrison. Harrison comenzó siendo su secretaria en Inglaterra y leyendo libros y guiones que pudieran ser interesantes para el director. Cuando Hitchcock se mudó a Hollywood, Joan fue la guionista de confianza de sus primeras películas en EE.UU. hasta 1942. Ella era, al igual que el director, una apasionada de las historias de crímenes y le debemos los guiones de Rebeca (1940) o Sospecha (1941), entre otras.

Tras unos años separados en los ella dejó el guionismo a un lado y trabajó, sobre todo, como productora, Hitchcock le confió la producción de su serie de televisión Alfred Hitchock Presents desde 1955 hasta 1962 y de la siguiente serie de 1963, The Alfred Hitchcock Hour.  Harrison siempre fue muy cercana al matrimonio Hitchcock y mantuvo una estrecha relación con la familia.

Alma Reville, Joan Harrison, Alfred Hitchcock y Patricia Hitchcock

VIRGINIA VAN UPP Y RITA HAYWORTH

Virginia Van Upp llevaba trabajando como guionista en Hollywood desde 1934 y no fue hasta 1944 cuando coincidió con Rita Hayworth en el filme Cover girl. Ambas mujeres se hicieron muy amigas, la guionista era la única persona capaz de tratar las inseguridades de la actriz y ayudarla en sus crisis.

Van Upp escribió Gilda que convirtió a Rita Hayworth en mito, pero que también llevó a la actriz a tener numerosos problemas en sus relaciones con los hombres, pues todos pensaban que el personaje era la actriz y la actriz el personaje. Rita Hayworth siempre le echó las culpas a Van Upp de esto y sin embargo siempre era la guionista la que acudía a sus llamadas de ayuda. Virginia Van Upp escribió varias películas para la estrella y también trabajó sin acreditar en títulos como La dama de Shanghai (1947) de Orson Wells como asistente de la estrella; fue el propio Wells el que le pidió a Van Upp que acompañara a su esposa durante el tortuoso rodaje de esta película.

Rita Hayworth, Glenn Ford y Virginia Van Upp

Deja un comentario