Frances Marion, la guionista que creó un oficio

Hablar de Frances Marion es hablar de toda una era del cine de Hollywood. De aquella época en la que todo empezaba, todo estaba por hacer y por definirse. Cuando todavía Hollywood no era la influyente potencia cultural que fue después, y cuando las películas se hacían casi casi por diversión porque todavía no fluía el dinero ni las grandes productoras habían entrado en bolsa. Era entonces cuando las mujeres pululaban por las producciones cinematográficas en gran número, y había montadoras, productoras, guionistas, operadoras de cámara… Nadie se tomaba en serio el cine, así que, bueno, poco importaba que las mujeres anduviesen por allí. Si además, tenemos en cuenta que, en la década de 1920 el 75% de la audiencia eran mujeres, pues estaba claro que el cine estaba bien en manos femeninas.

Frances Marion estuvo allí, aunque comenzada la década de 1910 y cuando toda la industria se había movido de la Costa Este a California. Cuando ella entró en escena Hollywood era una incipiente realidad, pero todavía había espacio para las mujeres profesionales como Marion y se convirtió en un nombre que no se debería olvidar porque su trabajo sentó las bases de la Era Dorada de Hollywood. La trayectoria de Frances Marion y su influencia fue tan importante en aquellos años como lo fue el trabajo de directores como David W. Griffith o Charles Chaplin o productores como Irving Thalberg. Si tuviéramos que hablar de la primera persona considerada guionista profesional, esa debería de ser ella cuyo trabajo contribuyó a establecer las bases del lenguaje cinematográfico. Y toda esa experiencia la plasmó en 1938 en su libro How to Write and Sell Film Stories el que se puede considerar como el primer manual del guionista.

SUS COMIENZOS

Marion Benson Owens nació en 1888 en San Francisco. Desde muy pequeña hizo notar su talento para escribir y dibujar y demostraba tener una personalidad muy inquieta y creativa. Su madre la matriculó en el Instituto de Arte Mark Hopkins en San Francisco cuando era adolescente. A partir de ahí comenzó a frecuentar la vida bohemia e intelectual de la ciudad y publicó cuentos, poemas y dibujos en diferentes publicaciones locales.  

Frances Marion

Aparte de trabajar colaborando en periódicos, trabajó como asistente del fotógrafo Arnold Genthe, como corresponsal del San Francisco Examiner, como diseñadora de carteles comerciales… Cuando a principios de la década de 1910 se mudó a Hollywood hizo sus pinitos como actriz y se convirtió en la asistente de Lois Weber, la directora de cine más importante de aquellos años. Con ella, Marion aprendió todos los aspectos del oficio de hacer películas y sus intereses creativos se decantaron por todo lo que sucedía tras la cámara.

Ya trabajando como guionista en Hollywood, Frances Marion se fue a Europa como corresponsal durante la I Guerra Mundial. Filmó las contribuciones de las mujeres al conflicto y fue la primera mujer que cruzó el Rhin después del armisticio. En 1918 volvió para retomar su prometedora carrera como guionista.

Durante aquellos años del cine mudo en muchas películas, no había guión como tal, existía lo que se conocía como scenarios que eran una sinopsis de la trama que servía de guía a los actores y a los directores. Marion fue una de las primeras en entender que el guion debía de estar más desarrollado y servir de base para la estructura de la película. En un artículo para Photoplay animaba a que las adaptaciones de los guiones fueran más allá de la trama y a que se trasladase la historia original al lenguaje cinematográfico. Fue la primera guionista en advertir que la manera de contar las historias en el cine debía tener su propio lenguaje diferenciado de lo que se hacía en literatura y en teatro.

FRANCES MARION EN HOLLYWOOD

Durante aquellos años Frances Marion conoció a la actriz Mary Pickford, se hicieron grandes amigas y la actriz la contrató como su guionista en exclusiva. Frances Marion contribuyó a consolidar la imagen de la estrella como “la novia de América”; los filmes que hicieron fueron un claro ejemplo de cómo forjar la imagen de una estrella. Consiguieron trabajar en sus películas con mucha independencia. Crearon su propia fórmula en la que le añadían elementos de splastick o comedia física al drama. Ambas mujeres compartían el sentido del humor y la energía que tanto gustaban a la audiencia en las películas que hacían juntas. A pesar de la imagen de “buena chica” que ofrecía Mary Pickford, consiguieron que sus personajes desprendieran un aura de rebeldía e irreverencia que le daban la vuelta a esa imagen estereotipada. Películas como  The Poor Little Rich Girl, Rebecca of Sunnybrook Farm y Stella Maris fueron un claro ejemplo de la colaboración entre ellas.

Frances Marion y Mary Pickford

Sus trabajos con Mary Pickford la llevaron directamente a ser una de las mujeres guionistas que lideraban la profesión en aquellos años como June Mathis y Anita Loos. En 1921 consiguió dirigir dos películas: Just Around the Corner y The Love Light, esta última protagonizada por su amiga Pickford y con una historia que ella misma creó a partir de sus experiencias en la guerra. Sin embargo, esta incursión en la dirección de películas le hizo darse cuenta de que prefería escribir en la soledad de su escritorio a tener que lidiar con las tensiones del rodaje.

Mary Pickford y Fred Thomson en The Love Light (Frances Marion, 1921)

Frances Marion escribió algunos de los filmes más importantes de la década de los veinte en Hollywood. Además para estrellas de la talla de Greta Garbo (para ella escribió su primera película hablada, Anna Christie (1930) y Marion Davies. También fue la responsable de relanzar la carrera de la actriz cómica Marie Dressler que estaba siendo apartada de los focos según avanzaba su edad, además de ayudar a la guionista Lorna Moon y animar a la secretaria de Samuel Goldwyn, Valeria Belleti, a que no abandonase sus aspiraciones literarias. Su generosidad y empatía con las personas que trabajaba quedaron de manifiesto y Marion se convirtió en una de las mujeres con más influencia en Hollywood.

LA DESILUSIÓN Y EL ADIÓS A HOLLYWOOD

Marion ganó dos premios de la Academia, en 1931 por la película The Big House y en 1932 por The Champ. Pero según avanzaba la década de los 30 el ambiente en Hollywood era cada vez más opresivo y ella cada vez estaba más desilusionada, lamentaba que los guionistas perdían menos control creativo a no ser que se pudieran pasar a la dirección o la producción de sus propios guiones. Sin embargo, la especialización de los diferentes oficios, el sistema de estudios y la inversión de Wall Street en un negocio floreciente expulsó a las mujeres de la industria y, aunque las que se quedaron más tiempo fueron las guionistas, estas perdieron su independencia y su poder.

Frances Marion con Jack Cunningham recogiendo su Oscar en 1931

Marion trabajó en Hollywood hasta principios de la década de los 40 pero su nombre cada vez tenía menos importancia. La última película en la que aparece acreditada como guionista fue Green Hell (James Whale, 1941). Después, aunque siguió contratada por la MGM solo contribuyó con colaboraciones en diferentes guiones sin acreditar hasta que en 1946 se marchó, casi olvidada y sin ningún reconocimiento a las contribuciones que había hecho al desarrollo del guionismo y del lenguaje cinematográfico. Su historia no difiere de la de tantas mujeres que fueron muy importantes en los primeros años del cine y que ahora tratamos de recuperar y de poner en valor para que su trabajo sea reconocido como merece. Una de sus amigas, la actriz Gloria Swanson, la llamó “una original” porque ella se convirtió en algo que no existía en 1913: una guionista.

Frances Marion no dejó de escribir. Se mudó a Nueva York y continuó su labor literaria escribiendo sobre todo novelas y obras de teatro.

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