Miss Marx (Susanna Nicchiarelli, 2020)

Una de las cosas que más me gusta de que las cineastas hablen de mujeres del pasado es que son capaces de trascender a la figura histórica para hablar de la situación de las mujeres de forma trasversal y universal. A veces, incluso, hablan de sí mismas en una transposición de relatos en los que, de repente, se ven conectadas con mujeres muy alejadas en el tiempo y el espacio. No importa, cualquier cosa es válida para seguir construyendo genealogía, para seguir ahondando en nuestra condición de mujer en un mundo que, por lo general, no nos pertenece.

Según Wikipedia Eleanor Marx se suicidó por amor, porque había descubierto una infidelidad más, de las muchas que ella ya sabía que tenía el buen señor con el que llevaba años conviviendo. Y es que ya sabemos que el amor es la única razón para vivir que tenemos las mujeres. No hay nada más por la que merezca la pena vivir. Afortunadamente, la directora italiana, Susanna Nicchiarelli, nos ofrece en su película un retrato mucho más complejo de Eleanor, desde luego, el amor no es la única razón para el suicidio, al menos en la tesis de su filme. De hecho, su vida y su relación con su amante, Edward Aveling, fue tan compleja que es imposible afirmar que el amor fuera la única razón de su suicidio y no su situación personal en general, esto es tener que cuidar de un enfermo terminal que requiere toda su energía tras haber descubierto que está casado, por quien ha perdido el respeto y admiración, que la había llevado a la ruina económica e intelectual, tal vez, sean motivos que añadir al del mero hecho de que le hay sido infiel. La vida era mucho más compleja para Eleanor que se siente exhausta, agotada y desbordada.

Edward Aveling (Patrick Kennedy) y Eleanor Marx (Romola Garai)

En el filme, Eleanor Marx, interpretada por la actriz británica Romola Garai (que sostiene toda la película) se nos presenta como una mujer compleja, con un pensamiento avanzado en lo que debía de ser la vida de una mujer a finales del siglo XX, una mujer intelectual, culta y apasionada en sus ideas y en su vida. Que hablaba varios idiomas y que se dedicaba a traducir grandes obras literarias al inglés como Madame Bovary (Gustav Flaubert) o varias de las obras teatrales del dramaturgo noruego Henrik Ibsen.

Eleanor Marx era la hija pequeña de Karl Marx. La influencia del filósofo y pensador en ella fue enorme, no sólo a nivel intelectual, sino a nivel personal. A medio camino entre la veneración y la dificultad para relacionarse entre ellos, la pequeña Marx absorbe la energía y el trabajo intelectual del padre para difundirlo y darle continuidad. Ella estuvo implicada en la traducción al inglés de El capital, que Marx escribió en su lengua materna, el alemán. También editó sus discursos y otros textos. Se convirtió, casi en una asistente personal casi imprescindible para él.

Karl Marx (Phillip Gröning) y la joven Eleanor Marx (Clelia Rossi Marcelli)

Eleanor Marx fue una incansable divulgadora de las teorías marxistas y una activa defensora de los derechos de las mujeres: del voto, de la educación y de la independencia. Nunca se casó ni tuvo hijos, pues estuvo totalmente entregada a su activismo y a su trabajo intelectual.

Todo esto queda muy bien expuesto en la película de Nicchiarelli que nos hace una aproximación a esta mujer desde un punto de vista muy actual, sin perderse demasiado en recovecos románticos. Un biopic desenfadado, con música de la banda punk Downtown Boys, a veces un poco inconexo y que podría haber dado mucho más de sí a nivel formal, pero que en ningún momento decae. Nicchiarelli, además, opta por un tratamiento nada sentimentalista de la vida de la intelectual y activista. No se la presenta ni victimista, ni pesimista y llena de contradicciones, como cualquiera pueda tenerlas. Ella que cuestionaba la opresión de la mujer de la época fue incapaz de abandonar a su pareja, Edward Aveling, ni por sus infidelidades ni por malgastar el dinero que a duras penas ganaban. Y sin embargo, fue una relación atípica para la época, no se casaron y no tuvieron hijos, pues ella no quería.

Lejos del esteticismo impoluto y ascético del que suelen adolecer los filmes de época, dejan paso aquí a una cotidianeidad llena de naturalidad y exenta de afectación, lo que unido a la banda sonora y el ritmo de video clip de algunas secuencias la convierte en una película muy actual.

Susanna Nicchiarelli es también la guionista de la película y aprovecha la figura de Eleanor Marx para describirnos una vez más la insatisfacción de las mujeres en su lucha por lo que ellas quieren de la vida y lo que realmente se espera de ellas o les dejan ser. La complejidad entre el querer ser y el tener que ser. Eleanor Marx fue una revolucionaria en este sentido y se enfrenta a la pacata y conservadora moral inglesa de finales del siglo XIX, aunque terminó siendo víctima de las imposiciones de los roles y la socialización de las mujeres.

Nicchiarelli es una particular directora de filmes biográficos, como es el caso del filme anterior a Miss Marx y el posterior, Nico, 1988 (2017) y Chiara (2022). Y en ellos, elige narrar las vidas de mujeres excepcionales que nada tienen que ver entre sí. Aparte de Eleanor Marx, Nicchiarelli contó la vida de la modelo y cantante alemana Nico y en Chiara filma una particular película musical inspirada en musicales como Hair o Jesucristo Superstar, sobre la vida de Santa Clara de Asís (una de las primeras seguidoras de San Francisco de Asís).

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